Humanismo
Es la doctrina interesada
principalmente en el sentido y el valor del hombre y de lo humano, tomándolo
como el centro o punto de partida de sus planteamientos. Se trata del hombre
común, lo cual debe entenderse como el hombre en comunidad. Conceptualmente, el
humanismo se involucra con el concepto de hombre. En la acción, busca las opciones
para alcanzar el tipo deseado de hombre, que en las formas más avanzadas de
este pensamiento, es llamado el hombre integral o total.
El pensamiento humanista ha
tenido varios momentos históricos. El primero de ello, tuvo lugar en los siglos
XIV y XV, y es llamado el humanismo del Renacimiento. Justamente, renueva los ideales
clásicos de los griegos y los romanos en torno al concepto de hombre, y el
cultivo a los estudios de humanidades: gramática, retórica, historia, poesía,
ética. Esto tiene que ver con la valoración de la cultura del espíritu, el
sentido común, la sabiduría, la capacidad de juicio en relación con la moral.
Se considera que el
humanismo del Renacimiento dio origen a una primera corriente liberal, la cual
interpretó el valor del individualismo y el rechazo a la autoridad (monárquica
y religiosa) como componentes del mismo. En el desarrollo histórico, sin
embargo, el liberalismo fue orientándose hacia la remoción de los compromisos
sociales, políticos y económicos para la propia elección individual.
El segundo momento histórico
corresponde a la corriente neoclásica del siglo XVIII y comienzos del XIX. De
hecho, el término es acuñado en esa época. El énfasis del concepto está en la formación
(esto es, en la búsqueda de la forma o sustancia que diferencia al hombre de
otros seres). Entonces, como en su origen, el humanismo se contrapone al
simplemente erudito o al sólo saber técnico, expresados por entonces en la
escuela del enciclopedismo.
El tercer momento histórico
es llamado del humanismo contemporáneo de fines del siglo XIX y parte del XX.
La idea central es que el hombre construye por si mismo su propio sentido (primero
existe, y luego, busca su esencia). Esta tesis ha dado lugar a distintas
corrientes de pensamiento. El de los trabajos iniciales de Marx, que postulaban
la necesidad revolucionaria de encontrar nuevas relaciones de producción que no
impliquen ninguna explotación del hombre. El de Sastre, quien postula que el
hombre es lo que él decide ser libremente. E incluso la de Heidegger, quien
reclama el recuerdo de la verdadera pregunta por el ser.
1. HUMANISMO,
EXISTENCIALISMO Y FENOMENOLOGÍA
El término humanismo se relaciona con las
concepciones filosóficas que colocan al ser humano como centro de su interés.
El humanismo filosófico resalta la dignidad del ser humano, aunque interpretada
de distinto modo en las diferentes formas de humanismo (cristiano, socialista,
existencialista, científico, etc). El humanismo puede ser entendido como una
determinada concepción del ser humano, y también como un método. Por ejemplo,
el humanismo entendido como método está presente en la psicología de William
James, quien rechazó todo absolutismo y toda negación de la variedad y
espontaneidad de la experiencia y, en consecuencia, reivindicó flexibilidad al
describir la riqueza de lo real, aún a costa de perder exactitud. Para el
enfoque humanista los conocimientos relevantes sobre el ser humano se obtendrán
centrándose en los fenómenos puramente humanos tales como el amor, la
creatividad o la angustia. Para referirse al enfoque humanista en psicología se
utilizan los títulos: psicología humanista, psicología existencialista, psicología
humanístico-existencial.
Influencias del
existencialismo y de la fenomenología:
• Existencialismo: énfasis en la existencia, en cómo los
seres humanos viven sus vidas, en la libertad.
Contra las especulaciones abstractas y el cientifismo racionalista. El
ser humano no se puede reducir a una
entidad cualquiera, sea esta la de animal racional, ser social, ente psíquico o
biológico.
• Fenomenología: es el método adecuado para acercarse al
hombre. Busca descubrir lo que es dado en la experiencia, acercarse a los
contenidos de la conciencia sin prejuicios ni teorías preconcebidas por parte
del observador. Junto con esta consideración metodológica, la fenomenología
ofrece a la psicología humanista otra tesis fundamental: la consciencia es
siempre consciencia que tiende a algo, es esencialmente intencional.
• Filósofos que influyeron: Kierkegaard, Unamuno, Heidegger,
Brentano, Husserl, Sartre.
Una precisión: en Europa la psicología
existencial se basa directamente en las propuestas de estos filósofos, en
Estados Unidos sin embargo, algunas de las principales figuras de la psicología
humanista desarrollan primero sus propuestas y luego encuentran en los
filósofos existencialistas una afinidad de planteamientos. Maslow y Rogers
reconocen la influencia de estas corrientes filosóficas y la necesidad de
fundamentarse en ellas.
La influencia de la filosofía existencial
está más específicamente representada en las obras deBingswanger,
Merleau-Ponty, Boss, Ronald Laing, David Cooper y Rollo May.
2. PRINCIPALES REPRESENTANTES.
William James (Ir a Biografía)
Gordon Allport (Ir a Biografía)
Abraham Maslow (Ir a Biografía)
Ludwig Bingswanger (Ir a Biografía)
Medar Boss (Ir a Biografía)
Rollo May (Ir a Biografía)
Victor Frank (Ir a Biografia)
.
3. LOS POSTULADOS BÁSICOS DE
LA PSICOLOGÍA HUMANISTA
La psicología humanista es más un
movimiento que una escuela, e incluso más aún el reflejo de unaactitud sobre el
ser humano y el conocimiento.
Postulados básicos sobre el
hombre:
1. Es más que la suma de sus partes.
2. Lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
3. Es consciente.
4. Tiene capacidad de elección.
5. Es intencional en sus propósitos, sus experiencias
valorativas, su creatividad y la comprensión de significados.
Además los integrantes del
movimiento comparten:
1. El afán por centrarse en la persona, su experiencia
interior, el significado que la persona da a sus experiencias y en la
autopresencia que esto supone.
2. Enfatización de las características distintivas y
específicamente humanas: decisión, creatividad, autorrealización, etc.
3. Mantenimiento del criterio de significación intrínseca en la
selección de problemas a investigar, en contra de un valor inspirado únicamente
en el valor de la objetividad.
4. Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en
el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona; es central la
persona tal como se descubre a sí misma y en relación con las restantes
personas y grupos sociales.
Gordon Allport distinguió dos
orientaciones en psicología:
• La orientación idiográfica: pone el énfasis en la
experiencia individual, en el caso único.
• La orientación nomotética: se interesa por abstracciones
estadísticas tales como medias o desviaciones típicas.
Allport creyó que un riesgo de la
psicología que busca la credibilidad científica es la pérdida de lo que tendría
ser más importante para la psicología: la experiencia individual. No negó la
orientación nomotética, pero reclamó un puesto para la idiográfica.
4. PROPUESTAS DE la psicología
humanístico-existencial
4.1. Ludwig Bingswanger
Discípulo de Husserl y muy influido por
Heidegger. Utilizó las categorías heideggerianas en la terapia, tratando de
abarcar con ello al hombre en su totalidad, y no sólo a algunas de sus
dimensiones. La comprensión y descripción del mundo del paciente son sus
objetivos principales: para ello propondrá un encuentro interpersonal libre de
prejuicios entre el terapeuta y el paciente.
Criticó a Freud por su
énfasis en la visión biologista y mecanicista del ser humano:
Su tratamiento del hombre
como ser social fue insuficiente.
Tampoco comprendió
adecuadamente al yo en relación consigo mismo.
Ni las actividades humanas
en las que el hombre trasciende el ambiente (como el amor o la creatividad).
A pesar de sus críticas
respetó y admiró la persona y obra de Freud.
Para Bingswanger el punto de partida para
comprender la personalidad es la tendencia humana a percibir significados en
los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las situaciones concretas. Su
énfasis en la importancia de la descripción ha dado lugar a que una de sus
principales aportaciones sean las descripciones de los “mundos” de los
esquizofrénicos y de las “formas frustradas” de existir (la extravagancia, el
retorcimiento, el amaneramiento, p. ej.). De Heidegger tomó el concepto de
ser-en-el-mundo (Dasein) y lo utilizó en la terapia, llamada daseinanalyse o
análisis del ser-en-el-mundo, que se basaba en los siguientes puntos:
Los trastornos
psicopatológicos representan una alteración del ser-en-el-mundo.
El ser-en-el-mundo tiene
estructura y por lo tanto puede ser estudiado, descrito y rectificado.
La psicoterapia pretende
entender el proyecto existencial de la persona.
Busca ayudar a asumir la
propia experiencia en toda su plenitud, descubriendo las formas y áreas de
alienación, para recobrar la autoposesión y la autodeterminación.
Estas ideas han influido en la terapia
existencial de nuestros días, y en el afán por desarrollar con rigor una teoría
de la personalidad que ayudase tanto a la terapia como a la investigación. Se
parte de la consideración de que el auténtico significado es el que las
personas construyen por sí mismas, y se
propone que las personas construyen ese significado mediante un proceso de toma
de decisiones. Los dos modos básicos de toma de decisiones son la elección del
futuro o la elección del pasado. Para las posibilidades de desarrollo es la
elección del futuro la más adecuada pues facilita el crecimiento y la
autorrealización. La elección del pasado impide el crecimiento, al limitar al
sujeto a aquello que ya es experiencialmente conocido.
En cuanto al análisis de las diferencias
individuales, se entiende que estas van desde el ser auténtico (verse capaz de
influir en la propia vida a través de las decisiones y elegir el futuro en
pensamiento y acción) al conformismo (considerarse indefenso ante las fuerzas
externas, ser pasivo, elegir el pasado
cuando deciden algo, ...). En esta
línea, la psicopatología existencial muestra especial interés por los estados
que incluyen la falta de significado. Medard Boss, uno de los continuadores de
Bingswanger y pioneros de la terapia existencial, describió diferentes
contenidos y niveles de eficacia en las construcciones sobre el sí mismo y el
mundo.
4.2. Rollo May
Es uno de los más importantes representantes
del humanismo norteamericano. Critica el reduccionismo del psicoanálisis
freudiano en su tratamiento del hombre, pero no quiere desechar la obra de Freud.
Humanista no dogmático:
Impulsa la visión humanista
de la psicoterapia pero critica la exclusión de los elementos negativos de la
naturaleza humana que postulan algunos autores humanistas.
Defendió activamente el
derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas frente a los intentos
de las asociaciones médicas de considerar la psicoterapia como una especialidad
médica, pero denunció la evitación de la confrontación con los dilemas del
hombre que la psicología ha realizado en su camino hacia la aceptación social.
Un concepto central en la psicología de
May: el dilema del hombre. Se origina en la capacidad de éste para sentirse
como sujeto y como objeto al mismo tiempo. Ambos modos de experimentase a sí
mismo son necesarios para la ciencia de la psicología, para la psicoterapia y
para alcanzar una vida gratificante. El psicoterapeuta alterna y complementa la
visión del paciente como objeto, cuando piensa en pautas y principios generales
de la conducta, y como sujeto, cuando siente empatía hacia su sufrimiento y ve
el mundo a través de sus ojos. Rechaza las dos alternativas de la consideración
del ser humano como “puramente libre” o “puramente determinado”, argumentando
que ambas suponen negarse a aceptar el dilema del hombre. Introdujo como fundamentales
en el contexto de la terapia las experiencias existenciales de la ansiedad, el
amor y el poder.
Algunas características que
propone para la terapia existencial:
Objetivo de la terapia
existencial: aumentar la conciencia del cliente respecto de su propia
existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como real.
La técnica debe estar
subordinada y seguir al conocer. Debe ser flexible y ajustarse a las
necesidades de cada cliente.
El terapeuta y el cliente
son dos personas en una auténtica relación. El terapeuta no interpreta los
hechos sino que los pone de manifiesto en su relación con el cliente.
Los dinamismos psicológicos
no son considerados comunes a la especie humana; se pone el énfasis en la
significación particular de las dinámicas del cliente que se derivan del
contexto de su vida. El terapeuta no siempre sabe qué es o qué motiva al
cliente, y su actitud, más que aplicar una teoría, consiste en escucharle con
atención y respeto.
El terapeuta procura
analizar todas las formas de comportamiento, tanto de él mismo como del
cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.
Da mucha importancia al
compromiso, que es el verdadero modo de estar vivo.
4.3. Abraham Maslow
Maslow (1908-1970), una de las figuras más
conocidas de la psicología humanista, comparte con otros psicólogos humanistas
la propuesta de un sistema holístico abierto a la variedad de la experiencia
humana y, por tanto, el rechazo del uso de un método único para el estudio de
esta diversidad. Propone integrar el conductismo y el psicoanálisis en sistemas
más amplios.
Tuvo gran interés por las personas
humanamente excepcionales, lo que le llevó a una visión del hombre que muestra
lo que puede llegar a ser y lo que se puede frustrar.
El concepto central en la psicología de
Maslow es el de autorrealización, entendida como culminación de la tendencia al
crecimiento que Maslow define como la obtención de la satisfacción de
necesidades progresivamente superiores y, junto a esto, la satisfacción de la
necesidad de estructurar el mundo a partir de sus propios análisis y valores.
Maslow establece su jerarquía de
necesidades, la más conocida de sus aportaciones. Rechazó las teorías de la
motivación que partían de determinantes únicos de la conducta, proponiendo una
teoría de determinantes múltiples jerárquicamente organizados. Niveles:
Necesidades fisiológicas
(comida, agua, sueño,...), necesidades que aún perteneciendo a este nivel tan
básico tienen un componente de individualidad.
Si estas necesidades
fisiológicas son razonablemente satisfechas aparece el segundo nivel: las necesidades
de seguridad.
Necesidades de pertenencia y
amor. La frustración en este nivel es la principal causa de los problemas
humanos de ajuste.
Necesidades de estima, que
incluiría la necesidad de sentirse competente, de ser reconocido por los
propios logros y de sentirse adecuado.
Finalmente, el hombre se
abre a las necesidades de desarrollo, de autorrealización.
El proceso que lleva a la autorrealización
culmina en lo que Maslow llama “experiencia cumbre”, que se siente cuando se
alcanza una cota como ser humano, un estar aquí y ahora “perdido en el
presente”, con la conciencia de que lo que debería ser, es. Estas experiencias
son perfectamente naturales e investigables y nos enseñan sobre el
funcionamiento humano maduro, evolucionado y sano. Maslow identifica la
sanidad, la autorrealización y la creatividad.
Cuando el proceso hacia la autorrealización se
corta, aparenten reacciones desanimadoras, compensatorias o neuróticas y la
conducta se focaliza hacia la evitación impidiendo el desarrollo autónomo.
Maslow propone una concepción de la patología, relacionando la privación de los
Valores del ser (o Valores-B, de “being”= ser), con la aparición de
determinadas alteraciones, que él llama metapatologías y que entiende como
disminuciones de lo humano. Por ejemplo, cuando e Valor-B, “verdad” es privado
patógenamente y sustituido por deshonestidad, la metapatología especifica que
aparece es la incredulidad, desconfianza, cinismo o recelo.
4.4. Carl Rogers
Carl Rogers (1902-1987) es
uno de los autores más conocidos del movimiento humanista. Su método
terapéutico, la terapia centrada en el cliente, o terapia no directiva, parte
de la hipótesis central de que el individuo posee en sí mismo medios para la
autocomprensión y para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y
del comportamiento autodirigido. El terapeuta debe proporcionar un clima de
actitudes psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos
medios. Dos rasgos principales de la terapia centrada en el cliente:
La confianza radical en la
persona del cliente (paciente).
El rechazo al papel
directivo del terapeuta.
Para Rogers el ser humano nace con una
tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede dar como
resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva,
espontánea y que valora a otros y a sí mismo. La persona inadaptada tendría
rasgos opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí mismo y de los demás.
Rogers insiste en la importancia que tienen
las actitudes y cualidades del terapeuta para el buen resultado de la terapia:
las tres principales son la empatía, la autenticidad y la congruencia.
Rogers quiso comprender y describir el cambio que
sufre el paciente cuando se siente comprendido y aceptado por el terapeuta:
Se produce una relajación de
los sentimientos: de considerarlos como algo remoto se reconocen como propios
y, finamente como un flujo siempre cambiante.
Cambio en el modo de
experimentar: de la lejanía con que primero experimenta su vivencia se pasa a aceptarla
como algo que tiene un significado, y al terminar el proceso el paciente se
siente libre y guiado por sus vivencias.
Se pasa de la incoherencia a
la coherencia: desde la ignorancia de sus contradicciones hasta la comprensión
de las mismas y su evitación.
Se produce también un cambio
en su relación con los problemas: desde su negación hasta la conciencia de ser
él mismo su responsable, pasando por su aceptación.
Cambia igualmente su modo de
relacionarse con los demás: desde la evitación a la búsqueda de relaciones
íntimas y de una disposición abierta.
De centrarse en el pasado a
centrarse en el presente.
5. VALORACIÓN DE LA
PSICOLOGÍA HUMANISTA
La psicología humanista tiene en su haber:
La defensa de conceptos como
subjetividad, experiencia o construcción de significado.
Ha influido claramente en
las creencias de la sociedad norteamericana.
De modo más concreto,
destaca por ejemplo la influencia de las propuestas de Rogers sobre la
importancia de la actitud del terapeuta y del educador, si no como condición
suficiente al menos como condición necesaria.
Críticas
Ausencia de validación
empírica de sus propuestas. El propio Rogers insistió en la necesidad de unir
la psicoterapia a técnicas objetivas como las grabaciones o el uso de test.
Excesos en la reivindicación
de la subjetividad y el rechazo del experimentalismo.
Falta de definiciones operacionales
de los conceptos y postulados básicos humanistas, lo que dificulta su
investigación.
Excesivo énfasis en una
visión positiva y optimista del ser humano, sobre todo en los autores
norteamericanos.
Presencia de la psicología humanista: hay
una minoría estable de psicólogos que se declaran humanistas; además, es clara
la influencia de algunos principios de la psicología humanista en campos como
la educación o en los estudios sobre el efecto de la relación
terapeuta-paciente en el resultado de la terapia.
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Guadalupe Muñoz Lara. Facultad de Psicología. Universidad Veracruzana